Las mejores y más bellas cartas para una amiga que está lejos

Mejores son dos que uno y cordón de tres dobleces es difícil romper; estas palabras fueron dichas por el sabio Salomón refiriéndose a la amistad. Por eso, aunque haya distancia entre ambas, escribiré unas lindas líneas para mi amiga.
El ser humano nació para vivir en sociedad. Una amiga, es esa hermana que nos damos el gusto de escoger y tú eres mi mejor elección, eres uno de los mejores regalos que Dios me dio.
Una amiga, ¡Una hermana que no tiene tú sangre!
Amiga, es el calificativo que siempre uso para referirme a ti; aunque creo que está mal usado, así que desde ahora te llamaré hermana; si, mi hermana del alma.
Esa hermana que la vida me permitió escoger, que me regaló sin merecerlo, esa que no soltaré aunque mis manos se desgarren y por la que si debo recorrer el mundo a píe, ¡lo haré!
Mi hermana de padre y madre diferentes; de tipo de sangre desigual, que me regaló otra familia, eso eres para mí, la que me mira si reproches; la que no me acusa si me salto una clase.
Tú eres mi complemento diferente, no debemos ser iguales para ser amigas; solos ser sinceras y leales, ayudarnos a crecer mutuamente, ser ese eslabón fuerte cuando la otra sea débil.
Aquella que aunque mi opinión sea diferente, jamás haga juicio; sino que la defienda hasta la muerte por el solo hecho de respetar mi opinión.
Eres, en pocas palabras, mi otra mitad, por las razones que te explicaré a continuación:
- Si lloro, así tu estés destrozada, allí está tu hombro de apoyo, tus manos para secar mis lágrimas, tus ojos para llorar conmigo, y tu corazón para aliviar mi pena.
- Si triunfo; la que primero levanta la pancarta de felicitación eres tú y con tu bella sonrisa me dices “los lograste”, “los sabía”.
- La que cuando caigo y cometo errores, en vez de juzgarme, me levanta y ayuda a resarcirlo, diciéndome apaciblemente, saldrás de esta.
La distancia no es un límite
Cuando en aquel mes de marzo me dijiste me voy del país, mi corazón se desmoronó, mi vida tambaleó, me desoriente, miles de pensamientos pasaron por mi mente, jamás imaginé que esto pasaría.
Lloré tristemente, como niño cuando le quitan su juguete, pero no delante de ti, porque tus razones de irte no ameritaban que te entristeciera, sino que te diera ánimo; así que ¡lo hice!
Ese aeropuerto, donde te despedí, en el que no me separé de ti ni un instante, me trae triste recuerdos, en él te vi físicamente por última vez, nuestra fotografía está en la mesa de mi cuarto, para verte siempre.
Sin embargo prometimos escribirnos siempre, y hablarnos aunque estuviéramos a miles de kilómetros de distancia, para nuestra amistad eso no sería nada.
Y es así, una amistad que nació de la nada y que se fortaleció con los años, no podría acabar por estar separadas.
Muchas cosas han cambiado, ya no son tan frecuente nuestras conversaciones, por tus y mis ocupaciones, sin embargo siempre hay un tiempo para que hablemos, nos abracemos, nos riamos y hasta lloremos así sea de manera virtual.
Por eso aunque hallan océanos, países y muros que nos separen siempre estaré aquí; y, si no estoy tu perfectamente sabrás donde hallarme. En mi corazón estarás siempre, así como sé que yo estaré en el tuyo.
Carta para ti, mi amiga
Mejores son dos que uno, es nuestro lema, tanto tiempo juntas, tantas cosas aprendidas fue lo mejor que pudo pasarme, tú has sido mi sostén, tu amor incondicional para mí no lo cambio por nada del mundo. Siempre me pregunto qué sería de mí de no tenerte a mi lado.
Lágrimas, risas, horas interminables de platica, experiencias vividas, tu graduación, tu matrimonio, el nacimiento de tu bebé es lo que ha hecho perdurar nuestra amistad, tu ayuda me hecho una mejor persona.
Quiero decirte que siempre estaré orgullosa de ti, de la excelente mujer que eres, del ejemplo como esposa que transmites, de tus sabios consejos como madre, de lo buen hija que eres, pero sobre todo de la capacidad que tienes para hacer amigos, de esa suspicacia que hace que se confíe en ti.
Que jamás se borre tu sonrisa, en mi corazón siempre ¡Tu amiga!